viernes, 22 de mayo de 2015

Huyamos

El planeta se agota, no podremos vivir como lo hacemos. Y hoy, cuando finalmente se logro el objetivo de unirnos con la máquina, serán nuestros hijos y sus hijos la siguiente etapa en la evolución de la vida humana. Una etapa ya no basada en carbono e hidrogeno, sino en silicio, oro y uranio. Avidos de paisajes nuevos -el infinito- nos embarcaremos en viajes sin retorno, llevando la escénica de la vida en la tierra hasta inimaginables abismos del espacio y el tiempo; en el cosmos. Construiremos un paisaje interior que crecerá al infinito. Lo depositaremos en enormes memorias de estado solido que viajaran -ajenas- en alguna nave espacial hecha por nosotros -los padres- hacia destinos observados con los telescopios que operamos hoy, por cientos, todos los días, buscando mundos nuevos con la esperanza de hallar uno parecido al nuestro.

Humanos por dentro, solidos discos duros, por fuera. Que viajan hacia los confines del universo gracias al poder nuclear; el mismo que hoy alimenta la red eléctrica que usamos todos los días, en un viaje solo de ida para encontrar un oasis, una nueva vida para siempre. Nuestra conciencia y memoria digitalizadas y vivas en un ambiente basado en silicio y electricidad. A su alrededor una nube de sucesos eterna, con sólidos limites computacionales, ordenada con el lenguaje mismo de la naturaleza.  Iremos en la búsqueda de un planeta nuevo. Habitaremos dentro de una supercomputadora unida a una súper fabrica que lo haga todo, ambas dentro de una nave interestelar lanzada a los abismos del tiempo; en viajes que abarcaran eras humanas completas.

La cápsula de escape.

Las conciencias de los viajeros serán insertadas en un ambiente planetario, tan grande que será capaz de albergar el crecimiento por generaciones. Las personas viajaran en su propio tiempo, ralentizado en el exterior pero a paso normal hacia el interior. La nave espacial es, finalmente, un ambiente artificial controlado por el reloj de una computadora. Todo lo que hay es, siempre, lugar hipotético. Donde un día adentro, puedan ser 100,000 afuera; donde el amor dure para siempre. Una nueva realidad donde la imperfección sea perfectible mediante la pausa y la edición. Un Facebook total donde podamos viajar al pasado para corregir un evento; donde los muros de nuestros amigos sean su verdaderas casas digitales y todos vayamos felices en nuestros autos voladores al trabajo, para siempre.

O vivirán en tiempo terrestre, contada desde lo que sabemos hoy hasta el infinito futuro; conservando la memoria de hoy mas la acumulada en el devenir de los años y siglos que tardaremos en llegar hasta el destino. Sin saber que somos conciencias encerradas en un disco duro, donde todos los sentidos son un fantasma de un pasado que será milenario. Un mundo sin estrella que va de una nube de Oort a otra, escapando de un lugar acabado y cansado. Un sueño magnifico, el mejor -seria real- cuyo despertar seria la llegada a un mundo acuático parecido al nuestro, que habríamos de colonizar paulatinamente, adaptando poco a poco a nuestros hijos a la nueva gravedad; porque nunca ningún objeto estelar tiene la misma gravedad que otro. ¿Que cuerpos habremos de tomar?

¿Iremos juntos todos, o nos dividiremos el cosmos? Cuando españoles y portugueses lo hicieron, hace mas de seis siglos, usaron la mediación del papa ante dios. ¿A quien o a que abogaremos hoy para que nos dicte si es necesario separarnos? La ciencia es el lenguaje de la naturaleza. Y es gracias a nuestra habilidad de tener un lenguaje que es exacto con el comportamiento de la naturaleza, lo que nos ha permitido manipularla en muchos nuevos sentidos. Lo que ha permitido el avance de nuestros artefactos y la prolongación de la vida humana y muy probablemente su inmortalidad, mediante la extracción  -en este caso- de la conciencia, del yo y su memoria. Pasarla de un estado liquido, a uno solido.

Falta poco.

El mapa de una conciencia humana no se ha hecho aun. Hay un mapa del cerebro cada vez mas preciso. Ahora sabemos varias veces el total acumulado de conocimientos sobre el cerebro -y lo que hay en el, o sea cada uno de nosotros- desde el principio de la historia hasta los años ochenta del siglo XX. Somos capaces de ver las respuestas a los estímulos de las casi veinte redes de sensores que tienen nuestros cuerpos, los cuales son frágiles bolsas de agua, sostenidas con columnas minerales; contenida el agua por el cuero velloso que tan hermoso brilla a la luz del atardecer. Piel la llamamos, y habremos olvidar algo de ella para poder sumergirnos al baño de silicio.

Yo deseo donar mi conciencia y mi memoria para que sea extraída de mi cuerpo hecho de agua e insertada en una nube digital basada en procesadores de silicio y memorias de estado solido, alimentadas por electricidad.
Aunque también podemos pedir que nos transplanten la cabeza.

http://www.clarin.com/sociedad/neuroprotesis-logran-cuadriplejico-controle-robotico_0_1361864093.html

http://www.elperiodico.com/es/noticias/ciencia/neurocirujano-sergio-canavero-trasplante-cabeza-ricos-4202774

http://es.wikipedia.org/wiki/About_Time_(pel%C3%ADcula)

http://es.wikipedia.org/wiki/Internet_de_las_cosas

http://es.wikipedia.org/wiki/Nube_de_Oort