domingo, 18 de agosto de 2013


Cree, y seras salvo.

Los buenos, los de la mente simple y bondadosa, son llamados a los reinos de Dios para habitarlos. Mueren por miles. Aplastados, arrastrados; masacrados y mutilados yacen sobre la Tierra áspera o la suave arena de la playa.  Mientras el infierno llega a la tierra, los que quedamos soportamos la ira de un Planeta que vacía sus vientos y mares sobre las atestadas y supurantes costras que lo cubren; hechas de concreto y acero, surcadas por la sangre negra del petroleo.

Vemos al hombre voltear su mano contra el hermano, impulsando el instinto que amordazado por la hambruna -ese jinete abusivo- espolea sin parar los costados flacos del viejo rocín que lo carga sin chistar por las vastas llanuras heladas y desiertas de este: nuestro sistema solar.