lunes, 27 de febrero de 2012

Presas de nosotros mismos.

El "homos-lupus-homos", si se le puede sintetizar así: como verbo; advino en materia sobre los corazones de todos y cada uno de los hombres y mujeres que habitamos este planeta.
Canibales, entumecidos por la inacción de la vida urbanizada; apretujada entre concreto y metal. Devoramos nuestra libido, nuestro pasado, nuestro planeta y nuestra fe; incapaces de ejercer la acción soñada para cambiar el mundo: hacerlo nuevo.

El Mundo nuevo.

El sueño vivo del "Nuevo Mundo" construyo y destruyo naciones durante medio milenio y finalmente, formó una sola y bien comunicada sociedad global. Sabiendo casi todo de casi todos, todos nosotros hemos aprendido a vernos cara a cara, sin mediaciones o intervenciones. En unas décadas pasamos de ser terrestres y navales, a ser aéreos, sub-acuáticos y espaciales. Hablamos -o podemos acceder a el- un idioma universal en todo el planeta: el inglés. El imperio es global y el único "afuera" es un desierto infinito, radiactivo y congelante, llamado espacio exterior. Marte, la Luna, lejanisimos, no son un mundo nuevo. Enfrentamos una ansiosa y siempre anhelante sociedad global contra la despiadada realidad de un mundo roto y sofocado como el lomo de aquella cansada y vieja mula que cargó durante décadas, sin chistar, los gigantescos fardos de té entre los espeluznantes abismos del Himalaya; cordillera de 8000 metros donde habita el limite mismo de la vida hacia el espacio exterior.

Y caemos.

Desesperados y ansiosos: caemos profundo en nuestros anhelos voraces. Rugientes demonios dominan nuestros corazones y, presos, nuestros cuerpos sucumben a sus deseos torcidos; legitimados por siglos de paciente, mesurado y creciente uso.


http://www.prensalibre.com/internacional/Clima-intrigas_0_653334698.html
http://www.informador.com.mx/internacional/2012/359994/6/televisora-rusa-habla-de-supuesto-complot-para-asesinar-a-putin.htm
http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/9e1e43b5e555309c0f38efd18059a5b9