Júpiter. Señor y Rey. Vénus: el amor, la fertilidad y la continuidad del Humano -y sus nombres- sobre la Tierra que los cobija y hace crecer. La Luna: nuestra guardiana y vecina próxima. Los tres se alinean en el año crucial.

El Rey y la Diosa del amor se unen en las cobijas de la luna. ¿Nacerá en Octúbre el fruto de un vientre fecundado en los inicios del año del Dragón? El año del final de la cuenta larga del calendario que aprisiona nuestra atención. El final -¿Qué es una década entre dos mil años?- del segundo milenio desde que nació El Salvador; hijo de Dios y de madre María.

Morimos por cientos cada día. Por guerras y ante los duros embates de la naturaleza implacable. Los dioses nos abandonaron, partieron o fueron echados hacia el olvido, lugar del que pocos regresan. Dios escucha al hombre; el hombre: no escucha nada.


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