lunes, 28 de septiembre de 2015

Azucena

1.
Un niño muerto en la playa. Su playera roja, sus pantaloncitos azules; sus zapatitos. El guardia que lo va a levantar se detiene, inpavido. Sus manos tocan su pecho, su corazon se estruje. Lo levanta y lo voltea, pero no lo mira, simplemente camina playa arriba y se pierde detras de una roca. El Mundo se conmociona. La muerte, el hambre y la miseria se enseñorean por todos lados. Aqui y allá las huestes de la destrucción arrasan los verdes campos donde la humanidad halló su plenitud. La guerra crece, la caldera comienza a hervir. Los atisbos de un Mundo corrompido se conviertieron en aullidos, en gritos; en golpes de cañon que sofocan los gritos de millones. La guerra en Siria es la ventana mas cruel de un aliento que recorre el planeta. Aquí y allá las olas de la sociedad se agitan, embraveciendo las mareas de la historia.
Cuatro años y medio de barbarie, 4 millones de refugiados, 250,000 muertos; 7 y medio millones desplazados, 12,2 millones en el desamparo: sin agua, sin comida; agonizando entre los escombros. Caminar o morir es la consigna. Atraviesan el desierto y las montañas, se apresuran al mar. Sus vecinos los reciben, algunos gustosos, otros no tanto. En ambos se nota la preocupación por los miles y miles que dia a día se agolpan en sus fronteras. ¿Quien los alimentara? ¡Donde encontraran trabajo? ¡¿Cuanto tiempo estaran aqui?! Las naciones del Mundo necesitan reunir 8,000 millones de dolares para responder estas preguntas. Sin embargo solo han reunido un poco mas del 2 por ciento de esa cantidad que no deja de crecer.


2.
Septiembre, mes de las tragedias. Mientras México retiembla la Tierra hasta su centro, llorando el recuerdo de la muerte de sus hijos; la desaparición de su identidad y su futuro, azotado por la naturaleza y despreciado por quienes juramos defenderlo de aquel enemigo que osare profanarlo con su pie. Enciende una luz por los caídos, por los ahogados, por los sepultados en el alud. Una vela por el decapitado, otra por la desmembrada, una mas por los que nunca volveremos a ver.
Mientras un niño -un bebé- parece tomar una siesta en una playa del Mar Negro, con su pantaloncito rojo y sus botitas negras; mientras el guardia lo levanta -apenas tieso, pero ya frío y de color gris- y evita mirar esos ojitos dulces. Mientras dos aviones llenos de pasajeros se hundieron el ambas torres, volviendose polvo y fuego; muerte y terror.
Mientras el hielo se derrite, para no volver jamas.

3.
El cambio es una constante. Cambia el tiempo, cambia el cuerpo; cambia el clima y las estrellas que hoy vemos no son las mismas que miraron los dinosaurios. Todo se mueve y gira. Crece, se degrada y muere. Naciones, imperios han ido y venido en el devenir que la historia guarda para los que hoy vivimos, muertos que hablan desde las páginas viejas, desde los muros rotos de las ruinas. Voces que vienen desde el pasado para hablarnos, en nuestro presente, de los dias que no volverán. ¿Cuanto ha cambiado el Mundo desde que llevas registro. Que tan diferente es hoy tu cuerpo del que recuerdas? La sociedad a tu alrededor de convulsiona. El miedo y el terror han crecido tanto. Tienes miedo. El futuro es ahora una palabra mas. Un pedazo roto entre los miles que quedaron cuando la realidad se quebró. Cuando los aviones derrumbaron torres. Cuando tu voz se alzo junto a las demas para hablar de ti, de tu vida; tus fotos por miles en tu muro. Tu espacio creció. Eres estrella de tu misma vida. Cambió tanto que no reconoces -no recuerdas- como era la vida sin red social, sin robot de las noticias; sin tanto, tantisimo dinero. Cambiaste, cambiamos. El Mundo muere pero otro surge de los restos de este que ayudamos a morir. Siria, sus muertos. El pequeño niño como dormido en la playa se suma a los miles que mueren por el narco, la pobreza; la devastacion de una supertormenta, un tsunami; una nube de smog tan grande como un país, que sopla su aliento cancerigeno sobre los conglomerados urbanos donde hoy vivimos la mitad de los seres humanos, entre concreto y lodo. Agonizamos desde que nacemos sumergidos en el abrazo calido que las maquinas -autos, electricidad, supermercados-. La naturaleza es un paisaje que miramos desde nuestras ventanas, intocable, indeseable. Mas que desprecio, la naturaleza hoy es una fueten de dinero. Un envase del que se extrae la riqueza y se desecha el envase, para que se pudra al cielo abierto, olvidado.
Hace dos siglos, una idea nueva nacía para cambiar el Mundo. La democracia y la libertad combatieron a la nobleza, al imperialismo. Cambiaron con las mismas sangre y fuego que hoy tiñen de ocre y negro el suelo. Cambiando la paz por la guerra. El amor por dolor. La libertad por la muerte.

Descansa en paz bebé. Sueña para siempre con el mar. Esa playa es para ti el infinito páramo donde jugaras por siempre, esperando el regreso a casa.




jueves, 10 de septiembre de 2015


Los guardianes de la salud.

¿Hubo un pacto, una especie de acuerdo? ¿Unos aceptaron el reto y la responsabilidad y los demás simplemente los dejamos hacerlo? ¿Que cambiamos como naciones, como culturas? ¿Tuvieron opción los que vivieron cuando eso pasó? Quizá fue una generación de humanos, quizá fueron más; quizá no lo vieron así. Quizá solo fue el simple devenir del tiempo que dicta quien llega primero y quien después.

Pero esos guardianes fallan hoy día. El dinero que obtuvieron por la investigación y venta de la salud no es hoy suficiente para combatir nada. Poco a poco perdemos. Perdemos y no pararemos hasta que lo hayamos perdido todo. Porque solo así entendemos. Tenemos que ver los muertos, los destrozos, para añorar la forma creada y no la que simplemente se amontona. Hemos de extrañar el bello y suave brillo de lo nuevo, de lo recién creado, para acostumbrarnos a la belleza del desierto, de la tormenta; de la helada que con su manto blanco todo lo embellece, quitándole su color: pálido todo como la muerte.

Ya nadie parece recordar que éramos. Que es aquello que nos hace lo que somos. Somos menos que el fantasma al que perseguimos en sueños. Creemos estar bien y vivimos rodeados de nuestra basura y podredumbre. Hacinados en un mundo agotado, negando su dolor y miseria. Somos felices parados entre los huesos de los muertos que a diario vemos.

Somos humanos.


http://eleconomista.com.mx/entretenimiento/2015/09/07/alertan-sobre-escasez-antidotos-contra-mordedura-vibora

http://news.sciencemag.org/health/2015/09/polio-resurfaces-mali-and-ukraine?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=facebook