lunes, 9 de junio de 2014


San Nicolás enfurecido.

En el polo, donde los vientos cubre la tierra con velocidades exageradas -y no faltas de una sombría tranquilidad- pasa algo extraño. En lugar de acumular hielo, lo pierden. Miles de millones de toneladas de agua se agregan a la atmósfera -literalmente: vuelan- haciendola más humeda, mas pesada. Sujetas a los mismas fuerzas inamovibles -la gravedad, el giro de la tierra- se mecen en incuantificables "cuadros, tiempos y momentos" que jamas se repiten, pero se parecen tanto -cuando los hemos observado demasiado tiempo- que parecen llevar un ritmo, una melodía: una pequeña y fugaz trama que narra algo, en un tiempo casi indeterminado; como el sonido de la lluvia al golpear el suelo, o como el de las olas del mar al romper en la playa; o como el fluir del río. El agua cubre todo y lo hace sin distinción. Se deja llevar corriente abajo, para atravesárlo todo y por sobre todo. Hasta llegar mas abajo; y mas, y seguir siempre: hacia abajo. El agua es un poderoso agente entre cuyo interior surgió el misterio que nos vuelve humanos. Ella todo lo puede y -parece- saberlo todo.

Viaja al sur, siguiendo un tirón que la lleva -sobre, o, mas bien: entre el aire- por sobre llanuras, por sobre las aguas del océano, para raspar su panza de nube sobre las afiladas cumbres de las montañas terrestres, volviéndose uno con la tierra y corriendo libre corriente abajo, para llegar hasta el fondo; siempre hasta el fondo.


http://www.abc.es/tecnologia/redes/20140520/abci-china-acusa-estados-unidos-201405200755.html

http://mexico.cnn.com/mundo/2014/05/18/mas-de-24000-personas-fueron-evacuadas-en-serbia-por-las-inundaciones

http://www.milenio.com/internacional/tormenta-granizo-Sao_Paulo-hielo_0_301770074.html