lunes, 23 de enero de 2012

Los jinetes.

Titánes que el hombre despertó. Caminan rampantes hacia nosotros, sus ejércitos detrás de ellos. La Tierra nos fué dada a manera de préstamo y descubrimos el campo verde; comiendolo todo. Libando por ahi y por allá, en todos sus rincones y lejanos y bellisimos parajes.

Tormenta.
Allá en el horizonte, las grandes nubes baten el océano sobre el que navegámos comodamente. Aquí, en el planeta, mientras mas cables ponemos, más riesgo colocamos sobre nuestras cabezas. Mientras más y mas aviones y satelites haya, mas vulnerables seremos a las devastadoras fuerzas del clima espacial y en concreto, del clima de nuestro Sol; dentro del cual habitamos tan cerca de él, como nosotros mismos (humanos y la vida) en la atmósfera de nuestro planeta y su superficie. Las tormentas son más fuertes a nivel del mar, donde la poderosa fuerza de gravedad comprime el espacio entre las moléculas, desatando los infiernos de agua que destruyen y arrebatan la vida con un soplido rugiente, avasallante; irresistible. Las tormentas solares son enormes erupciones que emergen del sol hacia el exterior. Vientos cargados de radiación -radiación misma, derramada- que como los "nortes, o los "mistrales" en cierta estación vienen cargados de frío, empujándolo todo ante ellos. O como los monzones, un cinturon de agua hirviente que al llegar trae billones de toneladas de agua en forma de nubes y al chocar con las montañas -México, hermoso altiplano a dos kilómetros sobre el már- se derraman sobre la tierra y la mojan, liberando su olor escondido; olor de lluvia. Vientos solares, tormentosos. Los gases cargados de electricidad chocan con un pequeño escollo (la Tierra) en el inmensa y casi vacia esfera de influencia del clima Solar -la Heliosfera- derramando trillones y trillones de watts sobre la inmensa red de cables que todas la ciudades del mundo tienen colgadas en postes, sobre sus calles. Arteria que la define, una ciudad no es, sin la calle: camino corto cruzado por muchos caminos. Sobrecargadas, las redes -tan enlazadas que parece ser una- revientan por las partes más débiles: fusibles, nodos y transformadores cáen. Millones de piezas son inutilizadas en un solo evento catastrófico. Algunos estuvieron prevenidos, otros no.

Y la vida cambia. Como después de un terremoto, un tsunami; una mortal tromba de agua o un inesperado tornado, los sobrevivientes se levantan, entierran a sus muertos y recojen la basura. Construyen de nuevo, con el dolor aún, para volver a prosperar. Construyen, desde cero, un espacio nuevo en una tierra borrada. Cambiado su paisaje al no poder volver a ver, tocar u oler un barrio y sus personas; con sus vidas arrastradas y licuadas mas allá, corriente abajo.



http://www.europapress.es/sociedad/ciencia/noticia-masa-artica-agua-dulce-puede-hacer-mas-frio-clima-europa-20120123110613.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/23/ciencia/1327314935.html
http://www.masproduccion.com/index.php?option=com_content&view=article&id=7604:a-incluir-a-los-arboles-en-la-modelizacion-del-clima&catid=67:ecologia&Itemid=88
http://www.voanews.com/spanish/news/clima-alabama-arkansas-afecta-estados-unidos-137882428.html