Apendicitis.
El poder muta y le crecen apendices no tan a su gusto, pero necesarios para vivir en su ecosistema: las mentes (7000 000000 de ellas) del humano; su especie.
Luchamos por conquistarnos (la Gran Historia de las guerras y la tecnologia del humano); hicimos los mas grandes despliegues de matanza organizada (las primera y segunda guerras, s. XX). Al final nos dimos cuenta de que el demonio no vendria de afuera, sino que habita el corazon humano, listo para apoderarnos (lo vimos en Auchwitz, en Bilkenau, volaron la bomba A sobre dos ciudades japonesas) Y tuvimos miedo de nosotros mismos. Después, creamos un mundo doliente que lloró arrepentido de sus pecados mecanizados; y mientras lo hacia, algunas naciones se apoderaron del mundo, poderosas; se creían. Y así, dolidos, luchamos por entendernos como pueblos; naciones, idiomas. Luchamos por la igualdad, el acceso común y sin restricciones (salvo comerciales) a todo. La libertad llegó. Luchamos por ella y lo logramos, hoy nos entendemos unos con otros. Nos entendemos, nos vemos y escuchamos en tiempo real (escribiendo mucho, por acá donde yo lo hago, otros usan cámaras y micrófonos, mas lejos de mi), sin importar si allá es de noche y acá de día. Nos entendemos porque todo el planeta comercia con todo el planeta. Podemos (muchos lo hacen) viajar miles de kilómetros en tan solo unas horas. Conocemos, tenemos acceso a cada rincón de la tierra y el mar, gracias a las maquinas: el fuego.
Y entendemos ahora por que la torre en Babel se cayo. Vemos que al poder hablar todos al mismo tiempo, creamos un maravilloso ruido que "silencia" todos los demás, incluso los de nuestra propia mente; nuestra propia voz. Esclavos de la gravedad, volamos, subimos pero nunca podemos evitar bajar otra vez; cansamos de estar arriba, agotados físicamente y mareados.
En aquella época, como en esta y si es verdad que existió tal torre, la democracia ganó, pero el mundo (del humano, su acción civilizatoria) se acabo: Todos quisieron el poder, no hubo idiomas que los separara y aislaran. Y a diferencia de como les paso a los primeros colonizadores de la isla de Pascua (Rapa-Nui), que se mataron y comieron entre ellos al acabar con todos los recursos de la islita al alimentar el ego de los pocos que los dirigían (Colosales monumentos de piedra de hasta 15 m de altura levantados solo con la fuerza del humano, troncos y cuerdas), los de la diáspora babelita tenían mucho campo para donde correr o caminar. Miles de millones de hectáreas de tierras vírgenes; algo que hoy ya casi no hay (excepto la Antartida y las tundras septentrionales, congeladas durante milenios, que hoy se derriten), se extendían mas allá de las montañas y los bosques, que por entonces eran fronteras. Y entendemos ahora por que la torre en Babel se cayo. Vemos que al poder hablar todos al mismo tiempo, creamos un maravilloso ruido que "silencia" todos los demás, incluso los de nuestra propia mente; nuestra propia voz. Esclavos de la gravedad, volamos, subimos pero nunca podemos evitar bajar otra vez; cansamos de estar arriba, agotados físicamente y mareados.
En esta época, la que vivo, nuestra Torre más alta (y al decir nuestra no digo que es mía también, sino de la humanidad) esta hoy en medio del desierto, situada en un estado minúsculo que vende muchísimo petroleo al mundo. Es una torre de cemento y cristal (aunque mas bien es toda de cristal, prácticamente: recordemos las propiedades del cemento armado) de 850 metros de altura en la frontera misma de las crecientes tensiones por el control de los mayores bancos mundiales de oro negro: la Gran Riqueza en barriles de 100 litros. En esta época, mi Planeta es una islita cuasierosionada y yo soy un neo Rapa-Nui, evitando la próxima tromba, masa de aire superfrío o guerra que prosperan a mi alrededor; cuidando mi comida, mis recursos. Sabiendo que el futuro solo será mas agresivo cada día, en todos los aspectos. Compito ahora no solo contra el hombre, sino otra vez contra la naturaleza, que nunca dejara de ser cruel. Compito yo: Humano contra mi naturaleza, este mundo urbano, caótico y seco donde habitamos en tríbus, facciones; planillas, partidos. Ciudades mas grandes que el horizonte son mi entorno natural (el 50% de la población mundial se concentra hoy en áreas urbanas, algunas superdensas como el Df, Calcuta, Ny, Tokio, Londres, Moscú, Frankfurt, Los Angeles: 3500 millones de seres humanos).
El poder muta y viaja, se apodera de unos, que ingenuos creyeron haberse apoderarse de Él. Los controla a su gusto y los exprime hasta dejarlos secos, viejos y cansados; abandonándolos mientras coquetea abiertamente con su siguiente victima frente al moribundo que solo puede jadear palabras dislocadas.