domingo, 13 de noviembre de 2011

El clima.
todos lo vemos y lo sentimos: el sol quema con mas fuerza cada día. La capa de ozono es debil. Los que quisieron detenerse para salvarla fueron arroyados por los de atras, hambrientos y ciegos. Las grandes tormentas dan esperanza, ya que sus centellas cocinan el oxigeno y lo vuelven ozono; pero a la vez un gran temor porque su destruccion en tierra es inmensa. Tailanda vive hundida desde hace cuatro meses y apunta para otros mas. Campeche, en el golfo de méxico, es una situación igual.
Tormentas invernales arrasan con las cuidades del este norteamericano y lluvias monzónicas azotan europa desde hace tres años, devastando las laderas de los alpes y pirineos. china es azotada igual; su dinero y lejanía nos hace ver pocas cosas de alla.
Sequias no vistas en 70 años; Históricas inundaciónes; Tormentas asesinas. El clima volvió y cada día lo hace con mas fuerza. Nos sabe debiles y empobrecidos, asolados por el negro velo del hambre en la ignorancia. Los dioses viejos renacen y se reparten los restos del imperio de 2011 años (corregido en 1000) que el Único, heredó a los hombres, como regalo de su padre: Diós.
Las Democracias, asoladas por sus propios excesos, caen como siempre lo han hecho, una y otra vez,alejados de los poderes que los dioses les dieron. La era clasica de Occidente, ahora visto como el eje W-L-I (washingon - Londres - Israel) ves su cenit. La expansión de poder de judeo-cristiano se detuvo en la segunda guerra mudial, y muy sabiamente washington la supo congelar durante casi cinco décadas (ver: "Guerra Fria, siglo XX, EEUU vs URSS, 1950-1989".) hasta que su contraparte se agotó, una historia que para los que vivimos de este lado siempre estuvo al otro lado de un muro (ver: "siglo XX, el muro de berlin, guerra fria, alemania, World War II, EEUU vs URSS". ): lejana y, con el tiempo, invisible.

Azotados por el clima y casi empobrecidos, enojados reclamamos los pactos que hicieron los ancestros ya muertos. Alzamos los papeles, mostramos los votos y las piras, furiosos. Nadamos ahora en el rio de sangre que ha crecido en la misma edida que crecimos como raza, a granel, sobre los campos y los mares y los aires; y más allá.