viernes, 20 de marzo de 2015
Oda al Fin del Mundo.
Entre las ruinas de los sueños creados hace mas de dos siglos.
Entre los despojos de utopías erosionadas.
La humanidad busca una nueva luz que les guíe
por los valles eternos de los tiempos sin recuerdo.
Soledad infinita entre las saturación mas sofocante. Extrema y bien disfrutada saciedad que engolosina al mas débil, al mas fuerte. Cornucópia robada del estomago de las maquinarias mas gigantes, alimentadas con fuego, alzadas pieza por pieza por los humanos en masas; sobre las canteras y los valles, entre las cañadas junto al mar azul, tan azul. Sueño materializado; reblandecido al rigor del tiempo y los elementos, que en esta tierra encontraron algunas de las mas increíbles y jamas soñadas combinaciones; debilitado por su esencia carcomida en las miles de millones de fiestas que celebramos para enorgullecernos de nuestro poder: que tan vivos han vuelto nuestros mas suculentos sueños.
Ardiente metal que quemas la piel.
Epopeya inacabada de un maligno recuerdo.
Destino incierto, te abalanzas alrededor.
Hijos de la tierra que aúllan a la noche,
su grito herido, esperando escuchar el eco entre el vacío.
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