lunes, 16 de febrero de 2015
Medievalismo y entropia.
La barbaridad es simple. Asemeja el tramado de la naturaleza simple; la que vive lejos de nuestra armonización y comprensión. Allá lejos, en la selva, plantas y animales se devoran sin aparente piedad, sin el menor remordimiento. Nosotros, humanos, separados de ese camino por el don de la conciencia del yo, hemos recorrido -no sin barbarie- los caminos que ahora llamamos "de la civilización". Durante algunos milenios hemos aprendido de la tierra y el cielo secretos ocultos por millones de años. Durante unos pocos cientos de años hemos conquistado y arrasado vastos territorios, civilizandolos y convirtiéndolos en páramos para el solaz y el reconforte humanos.
Hemos aprendido tanto.
Sin embargo, el barbarismo nunca nos abandonó. Existe dentro de nosotros como existe el hambre, la sed; el deseo. Somos hijos de este planeta y como tales habremos de comportarnos cuando el impulso civilizatorio se pierda -¿o ya se perdió? Cuando las ideas, los tratados, los acuerdos y las escrituras se disuelven producto de la entropía -esa que inevitablemente nos lleva a la tumba-: el barbarismo vuelve para matar, violar y saquear los paramos dulces y abundantes que la civilización creo. Una sombra oscura se cierne sobre el planeta; lo carcome y lo devuelve al barro de donde salió. Amartillados por el poder bruto del arma y la violencia, los hijos de la civilización habrán de esconderse para conservar en sus memorias el recuerdo de los tiempos donde hablar, jugar y reír eran la norma; donde el amor era un poder y la sabiduría una meta.
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/02/11/generacion-z-la-vida-ante-la-pantalla-8525.html
http://www.elpais.cr/2015/02/16/un-herido-en-ataque-a-centro-de-distribucion-de-diario-en-mexico/
http://diario.mx/Nacional/2015-02-15_d7be8e51/asesina-a-golpes-a-bebe-de-5-meses/
http://www.latribuna.hn/2015/02/16/siete-civiles-muertos-en-bombardeo-contra-posiciones-del-estado-islamico/
http://www.sinembargo.mx/15-02-2015/1251649
http://www.nacion.com/mundo/europa/Ucrania-alto-fuego-sostiene-combates_0_1470053025.html
http://actualidad.rt.com/actualidad/166623-guerra-yemen-arabia-saudita
miércoles, 11 de febrero de 2015
Héroes y mártires.
El regreso de las sombres trae consigo el velo de la ignorancia. La desinformación, la desconección de lo que solíamos llamar: "el Otro". Nos volvemos uno ante la vastedad del vacío que crece a nuestro alrededor. Volviendo luz en sombra, calor en frío y esperanza en muerte. Nos juntamos ante el crepitar del fuego, como cobijados de la noche misteriosa. El fuego, que en los inicios de la historia humana fue la fuente donde surgió el hombre que conquisto al mundo: doblegando a los dioses y su milenario poder a los designios de esta especie de mamífero sin pelo, que camina en dos patas. Que sabe leer y escribir. Pintar, romper; volar y bajar al abismo. Una suerte de hiper-célula que doblega a sus pares, llevándolos en enormes manadas sobre la suave pradera, para meterlos al rastro y volverlos sobres de alimento para una dieta balanceada. Mamífero listo, cubierto con tela y armado con metal que arrasa con la maleza verde, o que usa para arañar la tierra y extraer sus esencias. Romper la tierra para dividirla por colores, sabores. Somos luz. Humanos. Somos gloria.
Las estrellas -pequeños intentos hechos por el humano- fueron encendidas sobre la suave corteza de la tierra, dando al humano la energía para alimentar a siete mil millones de nosotros. El fuego -plasma- calienta el agua que nos baña, el fuego cocina lo que comemos. El fuego rompe la tierra para sacar el aceite del cual nacerá mas fuego que alimentara el foco, el refrigerador; la luz que prenderá la tele y calentara la plancha. La luz de la cueva. De la ultra-cueva que paso a ser casa y después edificio; rascacielos. Torres en el desierto, a la orilla del mar. Torres para ver mas allá del horizonte. Cientos de ellas surgen cada día desde la superficie de este gastado planeta. Arañan el cielo construidas con fuego y metal, calentándose en las alturas frías con el calor que emana, para siempre, del fuego que arde sobre la tierra.
Pero todo acaba. El sol morirá. La tierra morirá. La muerte redentora nos aguarda con su abrazo congelado. Hemos de morir porque venimos de la nada a vivir entre estas colinas y valles, respirando esta mezcla de gases que llamamos aire y bebiendo este liquido llamado agua. Hemos de crecer, diminutos, junto a cientos de miles de organismos en una sopa; no: un caldo; un baile inconmensurable donde las glorias son recordadas. Donde los héroes se vuelven mártires y su sangre riega la tierra con el vital liquido que pulsa en nuestras venas diciendo:..."estas vivo","estas vivo","estas vivo","estas vivo",...
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