sábado, 11 de octubre de 2014
Pongamos los pies en polvorosa huida.
Mientras el programa espacial americano se partió en dos y de proporciono entre la llegada a marte y el desarrollo de empresas privadas de transporte espacial de baja-media órbita terrestre, la madre Rusia usa todos sus viejos talentos para apoderarse de la luna y sus muy apreciadas capacidades -agua y mucho terreno, junto con su gravedad para servir como ariete gravitacional en las misiones hacia otros planetas del sistema solar- para el goce del usufructo de sus empresas nacionales, en por lo menos 50 años a partir de hoy. Una nueva generación de cohetes modulares, impulsados por la fuerza nacional de una, en ascenso, potencia mundial; hacen que la misión americana se vea como un petardo, poderoso y sin duda impresionante, que al final de su viaje se apaga para ser sustituido por el silencio y la oscuridad. El programa espacial nacional americano languidece entre la realización de algunos de los viejos sueños postergados en el pasado y el ascenso de empresarios del espacio que no dudaran ante nada en la pelea por ganar el enorme terreno -y las riquezas- que hay allá afuera.
Corporaciones versus Estado: ¿Quien gana esas guerras? ¿Puede la palabra "guerra" definir esa relación? Que habrá de llevar a la humanidad a vivir y prosperar más allá del viento y el mar, en el borde del frío y seco espacio exterior.
http://sp.ria.ru/science_technology_space/20141010/162377728.html
http://actualidad.rt.com/ciencias/view/95185-rusia-nuevos-cohetes-angara
http://danielmarin.naukas.com/2014/07/09/primer-lanzamiento-del-cohete-ruso-angara/
http://www.forbes.com.mx/nasa-recomienda-eu-enfocarse-en-marte/
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